LITERATURA ESTADOUNIDENSE
Nueva Inglaterra (en inglés: New England) es el denominativo de una región de los Estados Unidos localizada en el noreste del país. Consiste en los seis estados de Maine, Nuevo Hampshire, Vermont, Massachusetts, Rhode Island y Connecticut. Nueva Inglaterra está bordeada por el océano Atlántico, Canadá, y el Estado de Nueva York. Su nombre deriva de haber sido el lugar geográfico en el que se alojaron los primeros colonos británicos (Padres Peregrinos o Pilgrim Fathers) que llegaron a América del Norte, a partir del desembarco del buque Mayflower en 1620.
Nueva Inglaterra produjo las primeras piezas de literatura y filosofía estadounidense y fue el hogar de los inicios de la educación pública y gratuita.
Inicios de la literatura estadounidense
El comienzo de la literatura estadounidense deriva de formas y estilos europeos. Por ejemplo: Wieland y otras novelas escritas por Charles Brockden Brown (1771-1810) imitan la novela gótica escrita en aquella época en Inglaterra. Incluso las historias de Washington Irving (1783-1859), especialmente Rip Van Winkle y The Legend of Sleepy Hollow, parecen europeas a pesar de su escenario estadounidense.
Corrientes del siglo XIX: Simbolismo, Realismo, Naturalismo, Trascendentalismo y Literatura de frontera
Puede que el primer escritor estadounidense con una nueva forma de entender la ficción y la poesía fuese Edgar Allan Poe (1809-1849). En 1835, Poe comenzó a escribir relatos cortos, entre ellas The Masque of the Red Death, The Pit and the Pendulum, The Fall of the House of Usher y The Murders in the Rue Morgue. La introspección que hacía Poe en sus personajes atravesaba fronteras que llevaban la ficción hacia el misterio, el terror y la fantasía.
Mientras tanto, en 1837, el joven Nathaniel Hawthorne (1804-1864) compilaba algunas de sus historias bajo el título Twice-Told Tales, un libro cargado de referencias simbólicas e incidentes misteriosos. Hawthorne continuó escribiendo romances de mayor extensión, novelas alegóricas que exploran temas como el pecado, el orgullo y la represión de los sentimientos en la Nueva Inglaterra donde creció. Su obra maestra, «La letra escarlata» (The Scarlet Letter), aborda el drama de una mujer condenada socialmente a la marginación por haber cometido adulterio.
Las obras de ficción de Hawthorne influyeron de forma significativa en su amigo Herman Melville (1819-1891) quien también escribió novelas en las que abundaban las especulaciones filosóficas. Moby Dick, aventura ambientada en una travesía de balleneros, se convierte en el vehículo para analizar temas tales como la obsesión, la naturaleza de lo diabólico y la lucha humana contra la naturaleza. En otra de sus obras clave, el relato breve Billy Budd, Melville dramatiza el conflicto entre el deber y la compasión a bordo de un barco en tiempos de guerra. Los trabajos de Melville más elaborados casi no se vendieron y ha permanecido olvidado durante mucho tiempo. Su memoria ha sido recuperada a principios del siglo XX. Hoy, muchos afirman que «Moby Dick» es la obra maestra de la literatura estadounidense.
En 1836, Ralph Waldo Emerson, (1803-1882), publicó un sorprendente libro titulado Nature, en él Emerson afirmaba que era posible elevar el estado espiritual del individuo estudiando y dando respuestas al mundo que nos rodea. Su trabajo no sólo influyó a los escritores que le rodeaban, con quienes formó el movimiento conocido como Trascendentalismo, sino también a buena parte de quienes escucharon sus conferencias.
El compañero más sobresaliente de Emerson fue Henry David Thoreau (1817-1862), un inconformista convencido. Después de vivir solitario durante dos años en una cabaña al lado de una laguna, Thoreau escribió Walden, unas extensas memorias que abogan por la resistencia contra lo que dicta la sociedad. Sus escritos radicales expresan una tendencia profundamente arraigada hacia el individualismo del ciudadano estadounidense.
Mark Twain (seudónimo de autor de Samuel Clemens, 1835-1910) fue el primer gran escritor estadounidense que nació lejos de la Costa Este; en el estado-frontera de Misuri. Sus obras maestras con marcada influencia regional fueron las memorias de Vida en el Misisipi y la novela Las aventuras de Huckleberry Finn (Adventures of Huckleberry Finn). El estilo de Twain, influido por el periodismo, plasmaba las variedades dialectales de las lenguas vernáculas de sus personajes. Su lenguaje directo, sin adornos, pero a la vez muy sugerente y tremendamente divertido, cambió la forma en que los estadounidenses escribían su propia lengua.
Henry James (1843-1916) confrontó en sus escritos el dilema entre el Viejo y el Nuevo Mundo (Europa-EE. UU.). Aunque nació en la ciudad de Nueva York, pasó buena parte de su vida en Inglaterra. Muchas de sus novelas se centran en estadounidenses que o bien viven o bien viajan a Europa. Con sus intrincadas y tremendamente pulidas oraciones en las que disecciona hasta los más pequeños matices de las emociones de sus personajes, la ficción de James puede incluso llegar a intimidar o desanimar a sus lectores. Algunos de sus trabajos más accesibles son las novelas cortas Daisy Miller, sobre una encantadora chica estadounidense en Europa, y La vuelta de tuerca (The Turn of the Screw), un enigmático relato de fantasmas.
Jack London (1876 - 1916) es conocido por sus novelas La llamada de lo salvaje (1903) y Colmillo Blanco (1906), en las que, a través del punto de vista de un perro y un lobo respectivamente, muestra la violencia que existe tanto en el hombre como en la naturaleza, además de tratar temas como la moral y la redención. Además de estos, London es autor de más de cincuenta libros.
Inicios del siglo XX: Generación perdida y otras corrientes
A comienzos del siglo XX, los novelistas estadounidenses ampliaron el alcance social de sus obras de ficción para abarcar tanto las vidas de personas pudientes como las de grupos marginados. Las obras de Edith Wharton (1862-1937) escudriñan la forma de vida de la clase alta en la Costa Este donde la autora había crecido. Uno de sus mejores libros, The Age of Innocence, se centra en un hombre que decide casarse con una mujer convencional. Al mismo tiempo, Stephen Crane (1871-1900), famoso por su novela sobre la Guerra Civil Estadounidense titulada El rojo emblema del valor, describe la vida de las prostitutas neoyorquinas en Maggie: A Girl of the Streets. Y en Sister Carrie, Theodore Dreiser (1871-1945) retrata el materialismo de la ferviente Revolución industrial estadounidense en la vida de una chica procedente del oeste que se va a vivir a Chicago buscando dinero.
Pronto se empezó a experimentar con el estilo y la forma, así como ocurría con la nueva creatividad argumental. En 1909, Gertrude Stein (1874 - 1946), en aquellos momentos expatriada en París, publicó Three Lives, un trabajo de ficción innovador influido por el cubismo, el jazz y otros movimientos artísticos con los que Stein estaba familiarizada.
Algunos escritores estadounidenses también reflejaron la desilusión que siguió a la guerra. Los relatos y novelas de F. Scott Fitzgerald (1896 - 1940) capturan la disposición desafiante, inquieta y sedienta de placer de los años 1920. Los temas que aborda Fitzgerald, recogidos de forma intensa en El gran Gatsby (1926), representan la tendencia al fracaso y la decepción de los sueños dorados juveniles. Otro escritor que trató temas similares es John Dos Passos (1896 - 1970) que en novelas como Manhattan Transfer (1925) o la Trilogía USA (1930 - 1936) muestra la realidad de las clases trabajadoras y el fracaso de sus expectativas.
En una línea similar a la de Dos Passos, pero sin pretender imitar su realismo social, Henry Miller (1891 - 1980) se convirtió en uno de los escritores más importantes de su época. En sus novelas Trópico de Cáncer (1934) y Trópico de Capricornio (1938) de carácter eminentemente autobiográfico, desarrolló una ácida crítica hacia los valores de la sociedad norteamericana y las consecuencias deshumanizantes del capitalismo, con un negro sentido del humor y una filosofía hedonista. Escritas en París y plagadas de escenas sexuales, ambas obras fueron censuradas en su país, y sólo pudieron ser leídas en 1961. Otras novelas de Miller son Sexus (1949) Plexus (1953) y Nexus (1960), que conforman la trilogía La crucifixión rosa. Por su estilo provocador y poco convencional, Miller fue una influencia para futuras generaciones de escritores, incluyendo a la Generación Beat.
Ernest Hemingway (1899 - 1961) vio la violencia y la muerte de primer plano como conductor de un ambulancia durante la I Guerra Mundial, y esa carnicería sin sentido le persuadió de que el lenguaje abstracto solía estar vacío y ser engañoso. Hemingway eliminó las palabras innecesarias de sus textos, simplificó la estructura oracional y se concentró en objetos y acciones concretas. Se adhirió a un código moral que enfatizaba el coraje bajo situaciones difíciles. Sus protagonistas eran normalmente hombres fuertes y silenciosos que solían tratar con mujeres de forma un tanto especial. Fiesta (1926) , Adiós a las armas (1929) y Por quién doblan las campanas (1940) suelen considerarse sus mejores novelas. En 1954, ganó el Premio Nobel de Literatura. Aquejado por una depresión, Hemingway se suicidó en 1961.
John Steinbeck (1902 - 1968) nació en Salinas, California, donde sitúa muchos de sus escritos. Su estilo era sencillo y evocador, ganando así el favor de los lectores pero no el de la crítica literaria. Steinbeck escribió a menudo sobre la pobreza, la clase trabajadora, sus luchas para conseguir una vida decente; quizá se le puede considerar el escritor estadounidense con mayor compromiso social de este período. Las uvas de la ira (1939), considerada su obra maestra, es una novela de marcado acento social que cuenta la historia de los Joads, una familia humilde de Oklahoma y su viaje a California en busca de una vida mejor. Otras novelas populares de Steinbeck incluyen Tortilla Flat, Of Mice and Men, Cannery Row y Al este del Edén (1952), su segunda novela más reconocida. Ganó el Premio Nobel de Literatura en 1962.
El policial norteamericano
El género policial tuvo un desarrollo particular en Estados Unidos, alejándose del "policial de enigma" fundado por Edgar Allan Poe, que tuvo sus mejores exponentes en la literatura inglesa (Arthur Conan Doyle, G.K. Chesterton). A partir de la Gran Depresión de 1929 surge una variante de este género conocida como Novela negra o Hard boiled. A diferencia del policial de enigma, el policial negro incorpora elementos de crítica social. Los crímenes se cometen en ambientes marginales, y las víctimas suelen ser personas de baja condición social. El detective deja de ser un personaje que logra resolver el misterio siguiendo un razonamiento lógico-deductivo a partir de la observación de la escena y el interrogatorio de testigos y que colabora con la policía, y pasa a ser él mismo un marginal, con una visión cínica y escéptica de las personas y la sociedad, que desconfía de las fuerzas del orden y de la legalidad. Las motivaciones del crimen son más importantes que descubrir la identidad del criminal.
Se considera a Dashiell Hammett (1894 - 1961) y Raymond Chandler (1888 - 1959) como los mejores exponentes del género, con novelas como Cosecha roja (1929) y El halcón maltés (1930), ambas de Hammett, y El sueño eterno (1939) y El largo adiós (1953) de Chandler. Otro importante autor es Carroll John Daly (1889 - 1958), quien sentó las bases del género con sus relatos.
Literatura sureña
Cinco años antes que Hemingway, otro novelista estadounidense ganó el Premio Nobel: William Faulkner (1897-1962). Faulkner incorporó las técnicas del modernismo literario ya utilizadas por James Joyce como el flujo de conciencia y el monólogo interior, a través de los cuales retrató la psicología de sus personajes, con sus deseos más íntimos, sus pensamientos, sus ideas, sus prejuicios. Muchas de sus novelas (las que la crítica considera como las más logradas) están ambientadas en Yoknapatawpha, un condado imaginario de Misisipi inventado por el propio autor, cuya capital es la también imaginaria ciudad de Jefferson. Influido por las lecturas de la Biblia y las tragedias shakesperianas, las historias de Faulkner suelen tener tramas truculentas y trágicas, con personajes muchas veces marcados por un pasado, sufriendo las consecuencias de los actos de sus antepasados. Entre sus grandes trabajos están El sonido y la furia (1929), Mientras agonizo (1930) , Luz de agosto (1932) ¡Absalom, Absalom! (1935), Los invictos (1938) y Desciende, Moisés (1942). Se lo considera el mayor exponente del Gótico sureño.
Faulkner formó parte del renacimiento literario sureño que también incluyó figuras como Truman Capote (1924-1984) y Flannery O'Connor (1925-1964). Aunque Capote escribió relatos cortos y novelas, su obra maestra fue In Cold Blood, un informe de los sucesos de un asesinato múltiple y sus consecuencias. En esta obra, Capote fusionó una obstinada investigación y una novela de psicología penetrante con una prosa cristalina. Otros profesionales de la novela de "no-ficción" incluyen a Norman Mailer (1923- ), que escribió sobre la marcha antibelicista al Pentágono en Armies of the Night, y Tom Wolfe (1931- ), que escribió acerca de los astronautas estadounidenses en The Right Stuff.
Flannery O'Connor era católica y, por tanto, una extraña en la tremendamente protestante sociedad sureña donde creció. Sus personajes son protestantes radicales obsesionados con Dios y Satán. Se la conoce sobre todo por sus relatos cortos tragicómicos.
Literatura afroamericana
Durante los años 1920, en la comunidad afroamericana de Harlem surgió un grupo de artistas llamado Renacimiento de Harlem. Entre ellos había poetas de la calidad de Langston Hughes (1902-1967), Countee Cullen (1903-1946) y Claude McKay (1889-1948). La novelista Zora Neale Hurston (1903-1960) combinó un don para contar relatos con estudios antropológicos para escribir vivas historias de la tradición oral afroamericana. Con libros como la novela Their Eyes Were Watching God, que trata sobre la vida y matrimonios de una mujer afroamericana, Hurston influyó a una generación posterior de mujeres negras novelistas.
Tras la II Guerra Mundial, otros escritores afroamericanos volvieron a destacar en la literatura estadounidense. James Baldwin (1924-1987) expresó su menosprecio al racismo y celebra la sexualidad en Giovanni's Room. En Invisible Man, Ralph Ellison (1914-1994) une la situación difícil de los afroamericanos, con un tema que, aunque más amplio, les afecta especialmente: la búsqueda de su propia identidad en el mundo moderno.
Novelistas de posguerra
Quizá el más célebre escritor de posguerra sea J.D. Salinger (1919 - 2010), conocido por su novela El guardián entre el centeno (1951) y por la reclusión a la que se sometió desde 1967 hasta su muerte, negándose a dar entrevistas o a publicar más libros. Además de esa novela, publicó la colección de relatos Nueve cuentos (1953) y las novelas cortas Franny y Zooey (1961) y Levantad, carpinteros, la viga del tejado y Seymour: una introducción (1963).
La generación «beat»
En los años 1950, comenzó un movimiento literario en la Costa Oeste, la poesía y la ficción de la Beat Generation, un nombre que se refería simultáneamente al ritmo del jazz, a la decadencia de una sociedad agotada tras la Segunda Guerra Mundial, y al interés por nuevas experiencias mediante drogas, alcohol y misticismo. El poeta Allen Ginsberg (1926-1997) dio el tono de protesta social y éxtasis visionario en Howl, un texto influido por la poesía de Whitman que empieza de esta forma: "I saw the best minds of my generation destroyed by madness..." («Vi las mejores mentes de mi generación destrozadas por la locura...»). Jack Kerouac (1922-1969) se convirtió en el miembro más reconocido de este movimiento por su novela En el camino (1957), considerada el "manifiesto" de la Beat Generation. Obra en parte autobiográfica, en ella Kerouac narra los tres viajes que hizo recorriendo el país por la carretera, acompañado de sus amigos, entre 1947 y 1950.
El tercer autor que suele considerarse como miembro de la generación Beat es William Burroughs (1914 - 1997), autor de novelas como Yonqui (1953) y El almuerzo desnudo (1959). Las novelas de Burroughs se caracterizan por retratar con una extrema crudeza el mundo de la drogadicción, en el que estuvo metido durante años, a través de escenas escatológicas y sexuales muy explícitas. En El almuerzo desnudo recurre a una técnica de escritura llamada cut-up, consistente en reordenar la narración en fragmentos aleatorios con el fin de destruir la sintaxis y la gramática del lenguaje. Como resultado, aquellas obras en las que utiliza este procedimiento tienen cierto nivel de dificultad para su comprensión.
Posmodernismo, Realismo sucio y otros movimientos contemporáneos
Entre los años 1960 y 1970 surgió una nueva camada de escritores que, más que conformar un grupo en común con unas ideas definidas (como la Generación Beat) se ubicaron en corrientes anteriores, renovándolas con sus aportes propios. Algunos de estos son los que el crítico Harold Bloom considera los más importantes novelistas estadounidenses de su tiempo: Philip Roth, Cormac McCarthy, Thomas Pynchon, Don DeLillo.
En sus obras, Roth refleja los problemas de asimilación e identidad de los judíos de Estados Unidos, lo cual lo vincula con otros autores estadounidenses como Saul Bellow, Premio Nobel en 1976, o Bernard Malamud, que también tratan en sus obras la experiencias de los judíos estadounidenses. Gran parte de la obra de Roth explora la naturaleza del deseo sexual y la autocomprensión. Su ficción se caracteriza por el monólogo íntimo, pronunciado con un sentido de humor rebelde y la energía histérica a veces asociada con el héroe y el narrador de El lamento de Portnoy (1969), la novela que le trajo la fama.
Cormac McCarthy ha sido definido como una mezcla entre Mark Twain y William Faulkner. Aunque nació en Rhode Island, sus novelas suelen transcurrir en localidades del sur del país, y retoman las tramas sórdidas y trágicas del gótico sureño. Una obsesión recurrente en McCarthy parece ser la de demostrar que el aislamiento extremo hace aflorar los instintos más primitivos del hombre, como en La oscuridad exterior (1965), Hijo de Dios (1973), aunque recién obtuvo reconocimiento internacional en 1992, con la publicación de la novela Todos los hermosos caballos.
Thomas Pynchon es probablemente el autor más reconocido de su generación. Al igual que Salinger, lleva una vida de bajo perfil, alejado de los medios, negándose a dar entrevistas o a ser fotografíado (las pocas que se conocen de él corresponden a sus años universitarios y en la Marina de Estados Unidos). Las obras de Pynchon se caracterizan por su construcción laberíntica y la amplia diversidad que temas que toca, haciendo que varias de sus novelas sean especialmente extensas (Contraluz, publicada en 2006, tiene más de 1300 páginas). Su novela más importante es El arco iris de gravedad, aparecida en 1973, cuyo protagonista es un soldado estadounidense que ha sido condicionado mediante experimentos conductistas para que tenga una erección cada vez que oye un misil.
En paralelo con el posmodernismo se desarrolló el realismo sucio, que se caracteriza por una prosa sobria y medida, escasa en descripciones y de un tono sobrio y minimalista. Sus protagonistas suelen ser personajes que llevan vidas rutinarias y generalmente de baja condición social, con pocos lujos y que deben ingeniárselas para conseguir empleo o dinero. En este movimiento pueden entrar autores como John Fante (1909- 1983), Charles Bukowski (1920 - 1994), Raymond Carver (1938 - 1988), Richard Ford (1944), Tobias Wolff (1945) y Chuck Palahniuk (1962).
Actualidad
Desde Irving y Hawthorne hasta nuestros días, el relato corto ha sido una forma literaria privilegiada en EEUU. Uno de sus grandes artífices durante el siglo XX fue John Cheever (1912-1982), quien introdujo otra faceta más del estilo de vida estadounidense en sus creaciones literarias: los ricos suburbios que habían crecido alrededor de la mayoría de las grandes ciudades. Cheever trabajó bastante tiempo para el The New Yorker, revista conocida por su ingenio y sofisticación.
La Modern Library publicó en 1998 la lista de las 100 mejores novelas de la literatura en lengua inglesa del siglo XX, lo cual dio lugar a un gran debate internacional sobre las preferencias de los lectores de los distintos países.
Aunque anunciar tendencias en literatura que está siendo escrita hoy en día puede ser aventurado, recientemente está emergiendo de forma espectacular ficción escrita por miembros de grupos minoritarios. Estos son sólo unos pocos ejemplos: el polifacético Joseph Heller, que se hizo famoso con su libro Trampa 22 (1951- ), escritor procedente de Cuba que ganó el Premio Pulitzer en 1991 por su novela Los reyes del mambo tocan canciones de amor; con una serie de novelas que comienzan con A Boy's Own Story, Edmund White (1940- ) ha capturado la angustia y la comedia de crecer en Estados Unidos siendo homosexual. Finalmente, mujeres afroamericanas han escrito algunas de las mejores obras de ficción de las últimas décadas. Una de estas escritoras, Toni Morrison (1931- ), autora de Beloved entre otros, ganó el Premio Nobel de literatura en 1993, la segunda mujer estadounidense que recibe este galardón.
Uno de los autores contemporáneos más reconocidos es David Foster Wallace (1962 - 2008), quien se inscribe en la tradición de Thomas Pynchon con su extensa y laberíntica novela La broma infinita (1996), considerada por la revista Time como una de las cien novelas en inglés más importantes entre 1923 y 2006. Aquejado por un cuadro depresivo que lo afectó durante más de veinte años, Wallace se suicidó a los 46 años, el 12 de septiembre de 2008.
Poesia
Los dos poetas estadounidenses más significativos del siglo XIX fueron radicalmente distintos tanto en sus temperamentos como en sus estilos. Walt Whitman (1819-1892) era un trabajador, viajero, nacionalista, enfermero por decisión propia durante la Guerra Civil de los Estados Unidos (1861-1865), y un innovador en su poética. Su obra central fue Leaves of Grass, en ella utiliza líneas de irregular extensión para representar la inclusión del conjunto de la sociedad en la democracia estadounidense. Profundizando en este mismo tema, el poeta iguala el vasto alcance de la experiencia estadounidense consigo mismo, y lo hace de tal forma que no suena como si Whitman fuera un burdo egotista. Por ejemplo, en Song of Myself, el largo poema central en Leaves of Grass, Whitman escribe: "These are really the thoughts of all men in all ages and lands, they are not original with me..." («Estos son realmente los pensamientos de todo hombre en toda época y tierra, no son originalmente míos...»).
Whitman también fue un poeta del cuerpo, "the body electric" («el cuerpo eléctrico») tal y como él lo llamó. En Studies in Classic American Literature, el novelista inglés D.H. Lawrence escribió que Whitman «fue el primero en demoler la vieja concepción moral de que el alma del hombre es algo 'superior' y 'por encima' que la carne»"was the first to smash the old moral conception that the soul of man is something `superior' and `above' the flesh."
Emily Dickinson (1830-1886), por otro lado, vivió con la seguridad de una mujer soltera y burguesa en un pequeño pueblo de Massachusetts. La estructura formal de su poesía es ingeniosa, graciosa, exquisitamente elaborada y psicológicamente penetrante[cita requerida]. Su trabajo era tremendamende iconoclasta y muy pocos poemas suyos se publicaron antes de su muerte.
Muchos de sus poemas tratan el tema de la muerte, a menudo desvirtuada. "Because I could not stop for Death, he kindly stopped for me." «Como no pude detenerme por la muerte, ella amablemente se detuvo por mí». El comienzo de otro de los poemas de Dickinson juega con la posición que como mujer tiene en una sociedad dominada por los hombres y como poeta no reconocida:
"I'm nobody! Who are you? / Are you nobody too?"
«¡No soy nadie! ¿Quién eres tú? / ¿Tampoco eres nadie?»
A principios del siglo XX surgieron otros poetas que alcanzaron reconocimiento internacional, al punto que algunos de ellos se consideran autores fundamentales, siendo quizá los dos más importantes Ezra Pound (1885-1972) y T.S. Eliot (1888-1965). Pound nació en Idaho, pero pasó buena parte de su vida en Europa. Su trabajo es muy complejo, a veces oscuro, con muchísimas referencias a otras artes y a una amplísima variedad de fuentes literarias. Influenciado por Pound y también exiliado, Eliot escribió una poesía complicada y cargada de símbolos. The Waste Land (1922), escrita en el período de entreguerras, es un mosaico metafórico que encarna un mundo que sufre ictericia con sus sociedades fragmentadas y en decadencia. Como la de Pound, la poesía de Eliot podría ser muy alusiva y algunas ediciones de The Waste Land vienen con notas al pie de página escritas por el mismo Eliot. En 1948, Eliot ganó el Premio Nobel de Literatura.
Otros nombres destacados en la poesía estadounidense son Allen Ginsberg, Henry Wadsworth Longfellow, Ambrose Bierce, John Greenleaf Whittier, Charles Bukowski, Carl Sandburg, Robert Lowell, Gwendolyn Brooks, Langston Hughes, Ogden Nash, Shel Silverstein, E. E. Cummings, William Carlos Williams, Robert Frost, Sylvia Plath, Maya Angelou, Giannina Braschi, Bob Dylan, y Gerald Stern.
Teatro
Además de la ficción, los años 1920 fueron muy fructíferos en creación dramática. No había habido un dramaturgo estadounidense que resaltase hasta que Eugene O'Neill (1888-1953) comenzó a escribir sus obras. Ganador en 1936 del Premio Nobel de Literatura, O'Neill recurrió a la mitología clásica, la Biblia y la novedosa ciencia de la psicología para explorar la vida interior humana. Escribió con sinceridad sobre el sexo y las disputas familiares, pero su preocupación era la búsqueda individual de la identidad. Una de sus más notables obras es Long Day's Journey Into Night, un drama, a pequeña escala pero de amplia temática, basado en buena parte en su propia familia.
Otro notable dramaturgo estadounidense fue Tennessee Williams (1911-1983), que expresó su herencia sureña en sensacionales obras poéticas, normalmente sobre una mujer sensible atrapada en un ambiente salvaje. Varias obras suyas se han adaptado en guiones cinematográficos y llevado al cine, entre ellas A Streetcar Named Desire y Cat on a Hot Tin Roof.
Literatura en español de Estados Unidos
La producción de la literatura hispana en Estados Unidos es casi tan antigua como la presencia del español al norte del Río Grande. Pero en los últimos años, debido a la creciente influencia de la cultura hispana y al número creciente de lectores en español, la aparición de escritores hispanos de Estados Unidos ha confirmado sus rasgos propios.
Otros escritores relevantes
Otros escritores estadounidenses que se deberían resaltar pueden ser William S. Burroughs, Raymond Carver, Richard Ford, Sinclair Lewis, Ayn Rand, Zora Neale Hurston, Rachel Carson, Richard Wright, Willa Cather, Kathy Acker, Paul Auster y Toni Morrison.
EDUCACION EN LOS ESTADOS UNIDOS
En Estados Unidos el ejercicio del gobierno está bastante descentralizado y el control de muchas funciones públicas, como la enseñanza escolar, depende primordialmente de los estados y las comunidades locales. Estos han retenido el control del contenido de los programas de estudio y de los métodos educativos; de hecho, la ley federal le prohíbe al gobierno de Estados Unidos interferir en estas áreas.
El sistema educativo de Estados Unidos es mayoritariamente público, con control y financiación de los tres niveles de gobierno: federal, estatal y local. La educación infantil es obligatoria. El periodo escolar en los Estados Unidos es de doce años, uno en kinder, seis años en primaria (1ª- 6ª), dos años en la secundaria (7ª- 8ª) a esta etapa le llaman categoría "junior", por lo que aún son menores y cuatro años más de secundaria (9ª-12ª) esta categoría se le denomina "senior" (mayor).
Las escuelas estado unidenses inician en septiembre luego de una extensa vacaciones de verano (Junio - Agosto). Un año escolar dura dos semestres; el primero, de Septiembre a Enero, el segundo, de Febrero a Junio.
Los jóvenes asisten a muy buenas escuelas públicas que las hay en todas partes del país, además son totalmente gratis desde el kinder hasta la secundaria. Los de secundaria toman cuatro o cinco materias. Sus periodos de estudios son de uno o dos.
A ellos les ofrecen actividades escolares como estar en una banda, en una orquesta o coro, en clubes, juegos, asambleas, en obras teatrales, y baile. Después de que terminen la secundaria cuya graduación es en el mes de junio; siendo ya egresados, luego van a la escuela superior, esto es, la universidad, ya sea pequeña o grande en su propio estado (departamento) o en otro.
Por lo común en esta última etapa no es gratis, les tocan pagar por una carrera universitaria, pero hay becas para buenos estudiantes, y muchos universitarios lo solucionan buscando algún trabajo, pero de medio tiempo, para así pagarse sus estudios universitarios.
Grados académicos
Preschool
Pre-kindergarten 3 3-4
Pre-kindergarten 4 4-5
Elementary school
Kindergarten 5–6
Primer grado 6-7
Segundo grado 7–8
Tercer grado 8–9
Cuarto grado 9–10
Quinto grado 10–11
Middle school
Sexto grado 11–12
Séptimo grado 12–13
Octavo Grado 13–14
High school
Noveno Grado (Freshman) 14–15
Décimo Grado (Sophomore) 15–16
Undécimo Grado (Junior) 16–17
Duodécimo Grado (Senior) 17–18
Post-secondary education
Educación universitaria (pregrado) 18–22
(Freshman, Sophomore, Junior y Senior)
Educación universitaria (posgrado) Edad varía
Vocational education Edad varía
Educación de adultos Edad varía
UNIVERSIDADES DE DOS AÑOS
Las universidades que solamente imparten programas de dos años conducentes al grado de asociado son instituciones de educación superior denominadas comunitarias (community college en idioma inglés) ó junior (Junior college en inglés). Pueden ser la base para realizar posteriormente estudios de mayor duración en otras universidades.
Ofrecen cursos de educación general, educación técnica y cursos de preparación vocacional, los cuales capacitan a los estudiantes para que puedan trabajar de inmediato.
Puesto que su meta es ofrecer educación a toda la comunidad local, las escuelas comunitarias en general admiten a casi todos los estudiantes que cumplen con los requisitos básicos y ofrecen una amplia gama de opciones a un costo relativamente bajo. En la mayoría, aunque no en todas, se admite a estudiantes extranjeros. Las universidades de dos años privadas ofrecen programas similares, pero a veces se hace énfasis en la preparación académica con vistas a los estudios de grado en otra universidad y no a los estudios técnicos.
Las universidades de dos años, además del título de asociado, otorgan a veces también certificados de mérito al término de programas técnicos más cortos.
Durante 1989 y 1990 casi 500.000 estudiantes extranjeros estudiaron en universidades de dos años en Estados Unidos. Hay varias razones por las cuales los estudiantes extranjeros ven estas escuelas como una opción atractiva durante los primeros dos años de estudios de pregrado. Con frecuencia las razones que se citan como ventajas son el bajo costo, el énfasis del profesorado en enseñar en vez de investigar y la atención a las necesidades individuales de aprendizaje.
Muchas universidades con programas de dos años ofrecen a los estudiantes extranjeros una variedad muy amplia de servicios, aunque otras apenas comienzan a desarrollar dichos servicios. Algunas ofrecen facilidades y programas para estudiantes extranjeros, incluyendo programas de inglés como segundo idioma. Puesto que la mayoría de los estudiantes viven cerca, no tienen residencias estudiantiles en sus campus. No todas estas instituciones están autorizadas para expedir el Modelo I-20 (el documento necesario para solicitar visa de estudiante). En tales casos, los estudiantes extranjeros deben ser residentes permanentes (inmigrantes) para poder asistir a estas escuelas.
Si se planea continuar estudios más allá del grado de asociado, estudiando primero en una universidad de dos años y transfiriendo los créditos posteriormente, se debe asegurar que los créditos académicos sean transferibles a estudios de cuatro años de duración en la universidad escogida. Antes de iniciar cursos en una institución de dos años, se debe averiguar en la oficina de registro de las instituciones de cuatro años a las que se desea ingresar, si aceptan los créditos de los cursos que se planea tomar en la universidad comunitaria. Muchas universidades de dos años tienen acuerdos con otras universidades cercanas para garantizar que sus estudiantes sean aceptados al transferirse a un programa de grado. Aun cuando las universidades comunitarias en un estado tienen acuerdos de trasferencia con universidades públicas y con universidades dentro del mismo estado, las universidades privadas tal vez no acepten trasferir todos los créditos de una universidad comunitaria. Los créditos de programas técnicos que se orientan hacia la obtención inmediata de un empleo en su mayoría no son trasferibles a programas académicos.
Universidades de cuatro años
Los términos "college", "universidad" e "instituto" son utilizados indistintamente en Estados Unidos para referirse a instituciones de educación superior que ofrecen programas de grado, al igual que las cinco academias militares de Estados Unidos. No existe un control oficial o legal sobre la opción de la institución para escoger uno u otro término como parte de su nombre. Muchas instituciones cambian su nombre cuando añaden programas y niveles de estudio nuevos.
Históricamente, un college ofrecía programas de estudios de cuatro años para la obtención del título de grado, mientras que una universidad también ofrecía programas de postgrado.
Existen más de 2.000 universidades de cuatro años en Estados Unidos, y cada una posee una identidad única. Cada una define sus propias metas, sus énfasis y sus normas de admisión. Las universidades de "artes liberales", por ejemplo, hacen énfasis en la excelencia de la enseñanza de temas tales como humanidades, ciencias naturales, ciencias sociales, e idiomas.
Además de las universidades de artes liberales, existen instituciones especializadas de todo tipo. Algunas universidaes únicamente admiten hombres, otras sólo mujeres o sólo estudiantes de color, pero la mayoría están abiertas a todos los estudiantes cualificados que solicitan admisión. En otras se le da especial énfasis a la religión. Las universidades que hacen hincapié en la preparación para una carrera, pueden tener programas especiales de cooperación educativa o pasantías en los cuales los estudiantes tienen que trabajar medio tiempo como requisito para obtener su grado.
Las universidades pueden ser públicas o privadas. Las instituciones de alto nivel se hallan por igual entre las universidades públicas y las privadas; la diferencia estriba en el origen de sus fondos. Las instituciones públicas utilizan fondos del gobierno estatal, fondos del pago de las matrículas de los estudiantes, y donaciones. Puesto que las instituciones públicas están apoyadas por el gobierno estatal, éstas dan preferencia a la inscripción y matrícula de estudiantes de su estado. El costo es menor en las instituciones públicas que en las privadas, aun para los estudiantes que no son residentes del estado.
Las universidades públicas estatales caen en dos categorías generales:
Universidades de investigación: La mayoría de los estados cuentan al menos con una universidad pública cuya misión es brindar oportunidades educativas de tipo tradicional en diversas áreas académicas. Estas universidades, además de ofrecer estudios de pregrado, hacen hincapié tanto en la investigación como en la enseñanza. Por lo general, en el nivel de posgrado se insiste menos en los estudios aplicados y la investigación, y se hace más énfasis en la teoría o la investigación pura.
Universidades "land giant" (cuya área son las disciplinas terrestres) y "sea giant" (cuya área principal son las disciplinas marítimas)
En 1862 el Congreso aprobó la Ley Morrill, otorgando terrenos a muchos estados para establecer universidades. Estas universidades "land grant", además de brindar una amplia variedad educativa en muchas áreas, enfatizan la aplicación de los conocimientos en áreas tales como agricultura e ingeniería. Las universidades cuyo énfasis son los conocimientos aplicados, generalmente utilizan denominaciones como "Universidad de Agricultura y Mecánica" o "Universidad Tecnológica". Otros estados las llaman "universidades estatales" ("state university"). Más recientemente, algunas universidades estatales han sido llamadas universidades "sea grant" para enfatizar la importancia de sus estudios marítimos aplicados.
Cursos cortos
Además de los programas de grado, muchas universidades con programas de dos y cuatro años ofrecen oportunidades para estudiar cursos cortos. Los programas de verano están abiertos a estudiantes no inscritos en un programa de licenciatura, y algunas instituciones ofrecen la opción de un año de estudios en el extranjero.
Escuelas de medicina
En EE. UU. antes de pasar a ser médico se debe aprobar la Escuela de medicina. Para ello un estudiante que desee optar a una escuela de medicina tiene que aprobar el MCAT «Prueba de Admisión en una Escuela de Medicina», antes de esto debe de tomar unas asignaturas comunes, llamadas obligatorias en España, pero a parte de esto no tienen ningún tipo de «carrera» en sí misma, sino que puede tomar asignaturas de todos los campos existentes, ya sea humanidades, ciencias sociales, etc.
Es una herramienta interactiva para el aprendizaje del Idioma Ingles, dirigido principalmente a los alumnos del Liceo Nacional "Eloy G. Gonzalez" del Estado Cojedes, donde se publican y comparten contenidos educativos para aprender el idioma ingles, con el fin de fortalecer el aprendizaje en el aula de clases.
martes, 29 de marzo de 2016
domingo, 13 de marzo de 2016
Literatura de Inglaterra
Literatura inglesa, literatura producida en Inglaterra, desde la introducción del inglés antiguo por los anglosajones en el siglo V hasta la actualidad. La obra de los escritores irlandeses y escoceses que se identifican estrechamente con la vida y las letras inglesas también se considera parte de la literatura inglesa.
Inglés antiguo o era anglosajona
Este periodo se extiende desde aproximadamente el 450 hasta 1066, el año de la conquista normanda de Inglaterra. Las tribus germánicas de Europa que invadieron Inglaterra en el siglo V, después de la derrota romana, trajeron con ellas el inglés antiguo o lengua anglosajona, que constituye la base del inglés moderno (véase Lengua inglesa). También aportaron una tradición poética específica cuyas características formales pervivieron asombrosamente hasta su derrota por parte de los invasores franco-normandos seis siglos más tarde.
La mayor parte de la poesía en inglés antiguo probablemente fuera compuesta para ser cantada, con acompañamiento de arpa, por el bardo. Audaz e intensa con frecuencia, pero también melancólica y elegíaca en espíritu, esta poesía insiste en la tristeza y futilidad de la vida, y en la indefensión de los humanos ante el poder del destino. Casi toda ella está compuesta sin rima, a partir de cuatro sílabas acentuadas que alternan con un número indeterminado sin acentuar (véase Versificación). Otra característica formal de la poesía en inglés antiguo es la aliteración estructural, o uso de sílabas con sonidos similares. Estas cualidades de forma y espíritu aparecen en el poema épico Beowulf, escrito en el siglo VIII. El texto empieza y termina con el funeral de un gran rey, y describe las hazañas de un héroe de la cultura escandinava, Beowulf, que aparece además como salvador del pueblo. Se incorporan fragmentos de otros relatos heroicos que iluminan la acción principal, pero que también contribuyen a la simetría. Otro rasgo del poema es un debilitamiento de la sensación del poder definitivo de un destino arbitrario. La idea cristiana de dependencia respecto a un Dios justo está presente. Rasgo típico, por otra parte, de otras muestras de la literatura de la época, que en su mayor parte fue preservada en los monasterios gracias a la labor de los copistas.
La leyenda y la historia sagrada fueron también el tema de poemas formalmente relacionados con el Beowulf. Es el caso de los sencillos poemas de Caedmon, un hombre humilde de fines del siglo VII, del que el historiador y teólogo Beda el Venerable dijo que había recibido su don poético de Dios. Y también del lenguaje más trabajado de Cynewulf y su escuela.
Aparte de estas composiciones religiosas, los poetas anglosajones produjeron poemas líricos más breves en los que no hay referencias específicas a la doctrina cristiana y que evocan la dureza de las circunstancias y la tristeza de la condición humana.
La prosa en inglés antiguo viene representada por gran número de obras religiosas, entre las que destacan diversas traducciones de obras latinas de Beda el Venerable y de Boecio.
El periodo inglés medio
Se extiende de 1066 a 1485 y se caracteriza por la gran influencia de la literatura francesa en las formas y temas. Desde la conquista normanda de Inglaterra en 1066 hasta el siglo XIV, la lengua francesa remplazó a la inglesa en las composiciones literarias, y el latín mantuvo su categoría de lengua erudita. Hacia el siglo XIV, cuando el inglés volvió a ser utilizado por las clases dirigentes, había sufrido profundas transformaciones y había adquirido la característica que aún posee de incorporar libremente numerosos términos extranjeros, en esta época del latín y del francés.
La literatura del inglés medio de los siglos XIV y XV está mucho más diversificada que la literatura anterior en inglés antiguo. Influyen elementos italianos y franceses, y se mantienen diversos estilos autóctonos, razones que contribuyen a que se creen obras difíciles de clasificar.
Entre los poemas que presentan una cierta continuidad formal con respecto al inglés antiguo, destaca Piers el labrador de William Langland. Se trata de una extensa y apasionada obra estructurada en forma de visiones oníricas que sirven a su autor para presentar una concepción cristiana de la vida y denunciar la situación de los pobres, la avaricia de los ricos y la maldad de todo el mundo. En ciertos aspectos puede ser comparada con otro gran poema construido bajo el molde del sueño alegórico, la Divina Comedia de Dante.
Otro poema visionario, La perla, escrito hacia 1370, también tiene un carácter doctrinal, aunque su tono es más abiertamente artístico.
Un tercer poema aliterativo, supuestamente compuesto por el mismo autor anónimo de La perla, es Sir Gawain y el Caballero Verde (c. 1380), un relato de aventuras caballerescas y amor, influido por las obras francesas del mismo tipo.
Chaucer
Dos poemas no aliterativos forman parte de la obra de Geoffrey Chaucer. Son Troilo y Crésida (c. 1385), el relato del destino fatal de un amor noble que tiene lugar en la Troya de Homero, y El cuento del caballero (c. 1382), que como el anterior, se basa en la obra de Boccaccio. Chaucer también tradujo obras francesas y latinas y, sobre todo, compuso (probablemente después de 1387) los Cuentos de Canterbury. Se trata de una colección de 24 historias narradas por un grupo de peregrinos que se dirigen a la catedral de Canterbury. Caracterizadas por su gran viveza, tocan asuntos que van de la inocencia religiosa a la castidad matrimonial, pasando por la descripción de la hipocresía de los villanos y la volubilidad de las mujeres.
En el siglo XV la poesía siguió influida por Chaucer, pero se puede afirmar que los temas y estilos medievales estaban ya agotados. Destaca la obra de Thomas Malory, La muerte de Arturo (1469-1470), que trasladaba la tradición de las novelas artúricas de origen francés a una prosa inglesa de sobresaliente vitalidad.
El renacimiento
En 1485 dio comienzo una edad de oro de la literatura inglesa que duró hasta 1660. A partir de la introducción de la imprenta, en 1476, el número de lectores se multiplicó. El aumento de la clase media, el desarrollo del comercio, la difusión de la educación entre los laicos y no sólo los clérigos, la centralización del poder y de la intensa vida intelectual en la corte de los Tudor y los Estuardo, fueron elementos que favorecieron un nuevo ímpetu en la literatura. La nueva literatura, sin embargo, no florecerá del todo hasta 1550, durante el reinado de Isabel I.
La aportación inglesa al movimiento europeo conocido como humanismo también pertenece a este periodo. El humanismo, que fomenta el estudio de los autores de la antigüedad clásica, favoreció la aparición de un estilo en el que se recreaban los moldes de la misma. La riqueza y profusión metafórica debe mucho a la fuerza educadora de este movimiento. La figura de Tomás Moro sobresale entre los humanistas ingleses por su obra escrita en latín Utopía (1516).
Poesía del renacimiento
La poesía de comienzos del siglo XVI por lo general es menos importante, a excepción de la obra de John Skelton, que ofrece una curiosa combinación de influencias medievales y renacentistas. Los dos grandes innovadores de la poesía renacentista del último cuarto del siglo XVI son Philip Sidney y Edmund Spenser.
Sidney, considerado como el modelo de gentilhombre renacentista, es el iniciador de la moda del soneto con su Atrophel y Stella (c. 1582). Escrita con un estilo metafórico de influencia italiana, en esta obra celebra el ideal de feminidad al modo platónico. Sidney introduce también la idealización del sujeto amado, tema surgido tanto del platonismo como del ideal caballeresco del amor cortés, que seguirá imponiéndose en gran parte de la poesía y el teatro de fines del siglo XVI.
Pero el mayor monumento a ese idealismo es la obra incompleta La reina de las hadas (publicada con sucesivos añadidos entre 1590 y 1609), de Spenser. En los seis libros que pudo completar el autor presenta las virtudes caballerescas; a lo largo del poema aparecen además la figura de Arthur, el perfecto caballero que aglutina todas las virtudes, y Gloriana, la representación del ideal de feminidad y encarnación de la reina Isabel. Spenser trató de crear, a partir de elementos heredados de los ciclos artúricos y de la épica medieval, una obra que elevara la literatura nacional inglesa a la altura de la de la antigüedad griega y romana, y de la de la Italia renacentista.
Otras dos tendencias poéticas comenzaron a mostrarse a fines del siglo XVI y comienzos del XVII. La primera está representada por la poesía de John Donne y de los demás poetas llamados metafísicos, que llevaron el estilo metafórico a cumbres casi inalcanzables de complejidad e ingenio. Entre los seguidores de Donne estuvieron George Herbert, Henry Vaughan y Richard Crashaw. Andrew Marvell escribió poesía metafísica de gran fuerza.
La segunda tendencia poética fue una reacción al estilo exuberante de Spenser y a las audacias metafóricas de los metafísicos. Ben Jonson y su escuela, con una pureza y contención clásicas, son los principales representantes. Influyeron en figuras posteriores como Robert Herrick.
El último gran poeta del renacimiento inglés fue John Milton, que hizo frente con mayor madurez que Spenser a la tarea de escribir una épica inglesa. Para ello se basó en la tradición cristiana y bíblica y, con gran sencillez y capacidad poética, narró en Paraíso perdido (1667) las maquinaciones de Satán que llevaron a la caída de Adán y Eva. Sus otros poemas, como Paraíso recuperado (1671), también revelan una asombrosa fuerza poética bajo el control de una mente profunda.
Teatro y prosa renacentista
Aunque la poesía renacentista vivió un periodo de auge, fue el drama el que disfrutó de mayor estima. La obra de su mayor representante, William Shakespeare, ha recibido reconocimiento universal. Anteriormente había existido el drama religioso, pero el teatro renacentista superó esa tradición medieval y, hacia 1580, se representaron comedias y tragedias escritas en un verso elaborado bajo la influencia de los ejemplos clásicos. El gusto popular exigía un sensacionalismo lejano del espíritu de la literatura griega y romana. Sólo Séneca sirvió de modelo a una tragedia popular de sangre y venganza, Tragedia española (1586) de Thomas Kyd. Unos años después, Christopher Marlowe inició la tradición de la crónica del destino fatal de reyes y potentados. La trágica historia del doctor Fausto (1604) y El judío de Malta (1633), sus obras más conocidas, están ya escritas en un estilo que en algunos aspectos se puede comparar al de Shakespeare.
En lo que se refiere a prosa, brilla especialmente la gran traducción de la Biblia, llamada Biblia del rey Jaime, o Versión autorizada, que se publicó en 1611 y supuso la culminación de dos siglos de esfuerzos por conseguir la mejor traducción inglesa de los textos originales. Su vocabulario, imágenes y ritmos han influido en los escritores en inglés de todas las épocas a partir de entonces.
Shakespeare
Tanto la tragedia como la comedia isabelinas alcanzaron su auténtico florecimiento en la obra de Shakespeare. Más allá de su talento, de la riqueza de su estilo y de la complejidad de sus argumentos (en todo lo cual supera a los demás dramaturgos isabelinos), su comprensión del ser humano confiere a su obra una grandeza inmortal y le convierte en la figura más importante de la literatura inglesa. En sus comedias muestra el encanto pero también los aspectos ridículos de la naturaleza humana. Sus grandes tragedias bucean en las profundidades del alma. En sus últimas obras, gracias a la creación de una atmósfera misteriosa y exótica, y a los rápidos cambios entre buena y mala fortuna, anticipa los dramas de la época siguiente. Así se comprueba en la obra de la figura más influyente del teatro inglés de ese periodo, Ben Jonson.
La restauración y el siglo XVIII
Este periodo se extiende desde 1660, año en que el rey Carlos II volvió a ocupar el trono, hasta 1789 aproximadamente. La literatura se caracterizó entonces por la búsqueda de la moderación, el buen gusto y la simplicidad. Los grandes tratados filosóficos y políticos de la época promueven el racionalismo, como demuestra la obra de John Locke, que defendía la experiencia como base exclusiva del conocimiento, o la de David Hume.
En el pensamiento político, la aceptación arbitraria del derecho divino de la monarquía (una creencia popular en el renacimiento) casi sucumbió ante el escepticismo, hasta el punto de que Thomas Hobbes, en su Leviatán (1651), tuvo que defender la idea del absolutismo desde posturas racionalistas.
Tal vez la obra histórica más importante en inglés sea Historia de la decadencia y ruina del Imperio romano (6 volúmenes, 1776-1788), de Edward Gibbon.
Las etapas que atravesó el gusto literario del periodo de la Restauración y del siglo XVIII suelen denominarse a partir de las tres grandes figuras literarias que perpetuaron la tradición clásica en esta época: Dryden, Pope y Johnson.
La época de Dryden
La poesía de John Dryden posee una grandeza, una fuerza y un tono que fueron muy bien recibidos por los lectores, que todavía tenían cosas en común con los isabelinos. Al mismo tiempo, marcó el tono de la nueva época al conseguir una nueva claridad y establecer una limitación de moderación y buen gusto.
Su reputación se apoya básicamente en la sátira, una forma que se convirtió en la dominante de la época. Absalón y Ajitófel (1681-1682) es una de las mejores. Sin embargo, la mayor parte de la obra de Dryden fue para el teatro. Sus tragedias heroicas, como La conquista de Granada (1670), sacrificaban la realidad y la consistencia de los hechos y personajes en favor de argumentos extravagantes presentados con un estilo sobrecargado. Algo que no ocurre con Thomas Otway, cuya obra Venecia preservada (1682), alcanza elevadas cimas de ternura y sensibilidad.
Superior a la tragedia, la comedia de la época se inspira directamente en Ben Jonson, aunque resulta más refinada, si bien con menos fuerza. Critica la ambición de la clase media y las normas sociales con un tono que roza la amoralidad. La reacción contra este tipo de comedias, conocidas como comedias de costumbres, ya se había empezado a producir en el momento en que su mayor exponente, William Congreve, obtenía un gran éxito con Amor por amor (1695).
Al igual que ocurrió con su poesía, la prosa de Dryden sirvió de modelo del género en su época. Aunque de naturaleza diferente, fue notable también la prosa de otras dos importantes figuras del momento, Samuel Pepys y John Bunyan. Pepys escribió un diario que constituye un valioso documento sobre la vida del periodo. Bunyan, por su parte, escribió El peregrino (1678), una narración alegórica sobre los seres humanos y las verdades fundamentales de la vida, la muerte y la religión.
La época de Pope
En la época de Alexander Pope (que se sitúa entre el fallecimiento de Dryden, en 1700, y su propia muerte, en 1744), el espíritu clásico de la literatura inglesa alcanzó su punto de máximo esplendor.
Más que ningún otro poeta inglés, Pope se sometió a la exigencia de que la fuerza expresiva del genio poético sólo se podía manifestar del modo más razonable, lúcido y equilibrado del que fuera capaz la razón humana. Pope no posee la majestuosidad de Dryden, pero su facilidad, armonía y gracia son impresionantes. Su fama también se basa en sus sátiras, pero con frecuencia se inclina al didactismo, como ocurre en su Ensayo sobre la crítica (1711).
Otro gran satírico, pero esta vez en prosa, fue Jonathan Swift, cuya percepción profunda y desesperada de las estupideces y las maldades propias de la naturaleza humana contrasta con la crítica social de sus contemporáneos. En Una modesta proposición (1729) alcanza elevadas cimas de terrible ironía. Los viajes de Gulliver (1726) es su obra más conocida, y en ella hace gala nuevamente de una lucidez y de un dominio de la escritura más que notables.
La época de Johnson
La época de Samuel Johnson, desde 1774 hasta aproximadamente 1784, representa un tiempo de cambios en los ideales literarios. El clasicismo y el conservadurismo literario asociados con Johnson constituyen una reacción frente al culto a los sentimientos que anuncian los precursores del romanticismo. Aunque su poesía es heredera de las tradiciones y formas de Pope, Johnson es más conocido como prosista, conversador extraordinariamente dotado y árbitro literario de la vida cultural urbana de su época, como queda en claro gracias a una de las más famosas biografías inglesas, Vida de Samuel Johnson (1791), de James Boswell.
Johnson salió de la pobreza merced a honradas tareas literarias, como su Diccionario de la lengua inglesa (1755), que fue la primera obra de su estilo en la que se realizaba una labor recopilatoria de acuerdo con las normas lexicográficas modernas. También colaboró asiduamente en los periódicos. Su relato filosófico, Rasselas (1759), recuerda a Swift (y a su contemporáneo francés Voltaire), en su percepción de la vanidad de los deseos humanos. Pero a pesar del pesimismo que le caracteriza, su independencia e integridad intelectual lo sitúan entre los grandes escritores de la época.
El amigo de Johnson, Oliver Goldsmith, realizó una mezcla curiosa entre lo viejo y lo nuevo. Su novela El vicario de Wakefield (1766) comienza con un humor seco, pero pronto pasa a ser un relato lleno de lamentaciones. En su poesía y teatro, Goldsmith mostró simpatía por las clases más bajas de la sociedad.
William Cowper y Thomas Gray cultivaron una sensibilidad reflexiva y una melancolía desconocidas en las generaciones previas. William Blake realizó una obra importantísima que consiste, por una parte, en canciones líricas casi infantiles (Cantos de inocencia, 1789), y por otra en oscuros poemas donde expone una nueva visión mitológica de la vida (El libro de Thel, 1789). Toda la poesía de Blake expresa la negación del ideal de la razón (a la que consideraba destructora de la vida), y defiende la fuerza de los sentimientos, pero de un modo más vital que cualquiera de los otros prerrománticos mencionados.
La novela, sobre todo la novela sentimental, se convierte en un género popular en este periodo. Entre los autores que cultivan este género se encuentra Samuel Richardson, un defensor de los sentimientos sencillos e inocentes. Su novela Clarissa (1747-1748) narra, por medio de cartas que intercambian los personajes, la adversidad a la que se enfrenta una joven inocente destruida por el hombre al que ama. Henry Fielding muestra su relación con el espíritu satírico de autores anteriores y la influencia que ejerció sobre él la lectura de Cervantes, en su novela Joseph Andrews (1742), que parodia otra novela de la virtud asediada, Pamela (1740), de su contemporáneo Richardson. La gran novela de Fielding, Tom Jones (1749), revela un espíritu vigoroso y saludable; es una comedia en la que la fuerza bienintencionada prevalece sobre la hipocresía. Tobias Smollet escribió bastantes novelas de aventuras picarescas. De Laurence Sterne, otro gran novelista inglés de la época, es La vida y opiniones de Tristram Shandy (1759-1767).
Romanticismo
La época romántica inglesa, que se extiende de 1789 a 1837, privilegió la emoción sobre la razón. El culto a la naturaleza, tal y como se entiende en la actualidad, también caracterizó la literatura romántica, así como la primacía de la voluntad individual sobre las normas sociales de conducta, la preferencia por la ilusión de la experiencia inmediata en cuanto opuesta a la experiencia generalizada, y el interés por lo que estaba lejos en el espacio y el tiempo.
La primera manifestación importante del romanticismo fueron las Baladas líricas (1798) de William Wordsworth y Samuel Taylor Coleridge, dos jóvenes que se vieron impulsados a la actividad creadora por la Revolución Francesa, algunos de cuyos ideales fueron la afirmación de la libertad, el espíritu y la unidad sincera de la raza humana. Los poemas de Wordsworth de esta obra abordan temas comunes con una frescura absolutamente nueva. Por otra parte, la principal contribución de Coleridge, el poema “Cantar del viejo marino”, consigue crear con maestría una ilusión de la realidad relatando acontecimientos extraños, exóticos y, evidentemente, irreales. Para Wordsworth el gran argumento siguió siendo el mundo de las cosas simples y naturales, en el campo o entre la gente. Reprodujo la realidad con una mirada que le añadía una grandeza no percibida con anterioridad. Su representación de la naturaleza humana es sencilla pero al mismo tiempo reveladora. En “La abadía de Tintern” o en “Oda sobre los atisbos de inmortalidad”, alcanza momentos sumamente elevados cuando habla de la relación amistosa entre la naturaleza y el alma humana. Su estilo supone un rechazo del inmediato pasado poético, pues condenaba la idea de un lenguaje específicamente poético.
Coleridge, al contrario que Wordsworth, escribió pocos poemas, y sólo durante un periodo de tiempo muy breve. En “Kubla Khan”, la belleza y horror de lo lejano se evocan en un estilo que remite al esplendor y extravagancia del de los isabelinos.
Otro poeta que encontró inspiración en lo lejano fue Walter Scott quien, después de realizar una labor de recopilación de antiguas baladas de su Escocia natal, escribió una serie de poemas narrativos en los que glorificaba las virtudes de la sencilla y vigorosa vida de su país en la edad media, aunque con un estilo que carecía de originalidad. Gracias a ellos fue reconocido por sus contemporáneos mucho antes de que las grandes figuras de Wordsworth y Coleridge quedaran consagradas. Posteriormente escribiría novelas históricas que le valieron su reputación de escritor en prosa.
Los poetas románticos de la segunda generación fueron revolucionarios hasta el final de su carrera, a diferencia de los tres anteriores, que cuando llegaron a una edad madura renunciaron a sus ideales de juventud. Lord Byron es uno de los ejemplos de una personalidad en lucha trágica contra la sociedad. Tanto en su inquieta vida, como en poemas como Las peregrinaciones de Childe Harold (1812) o Don Juan (1819) reveló un espíritu satírico y un realismo social que lo sitúan aparte de los demás poetas románticos.
El otro gran poeta revolucionario de la época, Percy Bysshe Shelley, es autor de una poesía más profunda. En ella expresaba sus dos ideas principales: que el enemigo era la tiranía de gobernantes, las costumbres y las supersticiones, y que la bondad inherente del ser humano eliminaría, antes o después, el mal del mundo y lo elevaría al reino eterno del amor trascendental. Tal vez sea en Prometeo liberado (1820) donde expresa de un modo más completo esas ideas, aunque las cualidades poéticas más evidentes de Shelley (la correspondencia natural entre la estructura métrica y el estado de ánimo del autor, la capacidad para dar forma a abstracciones efectivas, y su idealismo etéreo) se pueden encontrar en la mayoría de sus poemas, como “Oda al viento del oeste”, “A una alondra” y “Adonais”, este último escrito en honor de John Keats, el más joven de los grandes románticos.
La poesía de Keats es, por encima de la de los demás románticos, una respuesta a las impresiones sensoriales desprovista de toda filosofía moral o social. Pero en “La víspera de santa Inés”, “Oda a una urna griega” y “Oda a un ruiseñor”, todos ellos escritos en torno a 1819, hizo gala de una lucidez sin igual con respecto a las sensaciones inmediatas y de una habilidad incomparable para reproducirlas.
Parte de la prosa romántica va en paralelo con la poesía del mismo periodo. La Biografía literaria (1817) de Coleridge supuso un logro fundamental en la exposición de los nuevos principios literarios. Al igual que Charles Lamb y William Hazlitt, Coleridge escribió crítica literaria que ayudó a elevar el valor en que se tenía la obra de los poetas y dramaturgos del renacimiento, que habían estado infravalorados en el siglo XVIII. Un autor fundamental de la prosa romántica es Thomas de Quincey. Con su fantasmagórica y apasionada autobiografía Confesiones de un comedor de opio inglés (1821) consiguió una gran calidad poética.
La era victoriana
La era victoriana, desde la coronación de la reina Victoria, en 1837, hasta su muerte, en 1901, fue una época de transformaciones sociales que obligaron a los escritores a tomar posiciones acerca de las cuestiones más inmediatas. Así, aunque las formas de expresión románticas continuaron dominando la literatura inglesa durante casi todo el siglo, la atención de muchos escritores se dirigió, a veces apasionadamente, a cuestiones como el desarrollo de la democracia inglesa, la educación de las masas, el progreso industrial y la filosofía materialista que éste trajo consigo, y la situación de la clase trabajadora. Por otra parte, el cuestionamiento de determinadas creencias religiosas que llevaban aparejados los nuevos avances científicos, particularmente la teoría de la evolución y el estudio histórico de la Biblia, incitaron a algunos escritores a abandonar asuntos tradicionalmente literarios y a reflexionar sobre cuestiones de fe y verdad.
Los tres poetas más sobresalientes de la era victoriana se ocuparon de cuestiones sociales. Aunque empezó dentro del más puro romanticismo, Alfred Tennyson pronto se interesó por problemas religiosos como el de la fe, el cambio social y el poder político; ejemplo de ello es su elegía In memoriam (1850). Su estilo, así como su conservadurismo típicamente inglés, contrastan con el intelectualismo de Robert Browning. El tercero de estos poetas victorianos, Matthew Arnold, se mantiene aparte de los anteriores porque es un pensador más sutil y equilibrado. Su labor como crítico literario es muy importante y su poesía expone un pesimismo contrarrestado por un fuerte sentido del deber, como ocurre en su poema “Playa de Dover” (1867). Algernon Charles Swinburne se orientó hacia el escapismo esteticista con versos muy musicales pero pálidos en la expresión de emociones. Dante Gabriel Rossetti, y el también poeta y reformador social William Morris, se asocian con el movimiento prerrafaelista, que intenta aplicar a la poesía la reforma que ya se había introducido en la pintura.
La novela se convirtió en la forma literaria dominante durante la época victoriana. El realismo, es decir, la observación aguda de los problemas individuales y las relaciones sociales, fue la tendencia que se impuso, como se puede comprobar en las novelas de Jane Austen, como Orgullo y prejuicio (1813). Las novelas históricas de Walter Scott, de la misma época, como Ivanhoe (1820), tipifican, sin embargo, el espíritu contra el que reaccionaban los realistas. Pero el nuevo espíritu lo dejaron bien a la vista Charles Dickens y William Makepeace Thackeray. Las novelas de Dickens sobre la vida contemporánea, como Oliver Twist (1837) o David Copperfield (1849), demuestran una asombrosa habilidad para recrear personajes increíblemente vivos. Sus retratos de los males sociales y su capacidad para la caricatura y el humor le proporcionaron innumerables lectores y el reconocimiento de la crítica como uno de los grandes novelistas de todos los tiempos. Thackeray, por otro lado, pecó menos de sentimentalismo que Dickens y fue capaz de una gran sutileza en la caracterización, como demuestra en La feria de las vanidades (1847-1948).
Otras notables figuras de la novela victoriana fueron Anthony Trollope y las hermanas Brontë. Emily escribió una de las más grandes novelas de todos los tiempos, Cumbres borrascosas (1847), mientras sus hermanas Charlotte y Anne también escribieron obras memorables. George Eliot es otra destacadísima novelista de la literatura universal, así como George Meredith y Thomas Hardy.
Una segunda generación de novelistas más jóvenes, muchos de los cuales continuaron su obra en el siglo XX, desarrollaron nuevas tendencias. Robert Louis Stevenson, Rudyard Kipling y Joseph Conrad intentaron devolver el espíritu de aventura a la novela, y alcanzaron algunas de las grandes cimas de la narrativa inglesa. Una intensificación del realismo se produjo con Arnold Bennett, John Galsworthy y H. G. Wells.
El mismo espíritu de crítica social inspiró las obras de teatro del irlandés George Bernard Shaw, que hizo más que ningún otro por despertar al teatro de la somnolencia en la que había estado durante el siglo XIX. En una serie de poderosas obras, claramente influenciadas por las últimas teorías sociológicas y económicas, expuso, con enorme habilidad técnica, la estupidez de los individuos y de las estructuras sociales de Inglaterra y del resto del mundo moderno.
La literatura del siglo XX
Dos guerras mundiales, una grave depresión económica y la austeridad de la vida en Gran Bretaña que siguió a la segunda de esas guerras, explican las diversas direcciones que ha seguido la literatura inglesa en el siglo XX. Los valores tradicionales de la civilización occidental, de los que los espíritus victorianos sólo habían empezado a dudar, fueron seriamente cuestionados por muchos de los escritores jóvenes. Las formas literarias tradicionales se dejan con frecuencia de lado, y los escritores buscan otros modos de expresar lo que consideran que son nuevos tipos de experiencia, o experiencias vistas desde nuevas perspectivas.
La narrativa posterior a la I Guerra Mundial
Entre los novelistas y autores de relatos, Aldous Huxley es uno de los que expresan mejor la sensación de desesperanza del periodo posterior a la I Guerra Mundial en Contrapunto (1928), una obra escrita con una técnica que marca una ruptura con respecto a las narraciones realistas previas.
Antes que Huxley, y de hecho antes de la guerra, las novelas de E. M. Forster, como Una habitación con vistas (1908) y Regreso a Howards End (publicada también como La mansión, 1910), habían expuesto el vacío de los intelectuales y las clases altas. Forster proponía un regreso a la sencillez, a los sentidos y a la satisfacción de las necesidades del ser físico. Su novela más famosa, Pasaje a la India (1924), combina estas preocupaciones con un análisis exacto de las diferencias sociales que separaban a las clases dominantes inglesas de los habitantes nativos de la India, demostrando la imposibilidad de la permanencia de un gobierno inglés.
D. H. Lawrence también expuso la necesidad de un regreso a las fuentes primigenias de la vitalidad de la raza. Sus numerosas novelas y relatos, entre las que destacan Hijos y amantes (1913), Mujeres enamoradas (1921) y El amante de lady Chatterley (1928) son mucho más experimentales que las de Forster. El evidente simbolismo de los argumentos de Lawrence y la exposición directa de sus opiniones rompen los lazos con el realismo, que se ve reemplazado por la propia dinámica del espíritu de su autor.
Mucho más experimentales y heterodoxas fueron las novelas del irlandés James Joyce. En su novela Ulises (1922) se centra en los sucesos de un solo día y los relaciona con patrones temáticos basados en la mitología griega. En Finnegans Wake (1939), Joyce va más allá creando todo un vocabulario nuevo a partir de elementos de muchos idiomas para realizar una narración de asuntos de la vida diaria entrelazada con muchos mitos y tradiciones. De algunos de estos experimentos participan las novelas de Virginia Woolf; sus obras La señora Dalloway (1925) y Al faro (1927) expresan la complejidad y evanescencia de la vida experimentada a cada momento. Ivy Compton-Burnett atrajo a menos lectores con sus originales disecciones de las relaciones familiares, elaboradas casi siempre a base de escuetos diálogos, como ocurre con Hermanos y hermanas (1929) y Padres e hijos (1941).
Evelyn Waugh, como Huxley, trazó una sátira de las debilidades sociales en la mayoría de sus obras, como Los seres queridos (1948). Graham Greene, convertido al catolicismo (como Waugh), investigó el problema del mal en la vida humana; es el caso de sus obras Un caso acabado (1961) o Los comediantes (1966). La celebridad de George Orwell le viene de dos novelas, una alegórica, Rebelión en la granja (1945), y una mordiente sátira, 1984 (1949), ambas dirigidas contra los peligros del totalitarismo.
La narrativa posterior a la II Guerra Mundial
Después de la II Guerra Mundial han aparecido pocas tendencias claramente distinguibles en la narrativa inglesa, al margen de los llamados “jóvenes airados” de las décadas de 1950 y 1960. Este grupo, que incluye a los novelistas Kingsley Amis, John Wain, Alan Sillitoe y John Braine, fustiga los valores caducos de la vieja Inglaterra. Iris Murdoch realizó un análisis cómico de la vida contemporánea en sus muchas novelas, como Bajo la red (1954), El príncipe negro (1973) o El buen aprendiz (1986).
Anthony Burgess, profundo escritor, se hizo famoso por su novela sobre la violencia juvenil, La naranja mecánica (1962), y John Le Carré ganó gran popularidad por su ingeniosas y complejas novelas de espionaje, como El espía que surgió del frío (1963) o La casa Rusia (1989). William Golding explora el mal del ser humano en la alegórica El señor de las moscas (1954), y obtuvo el Premio Nobel de Literatura en 1983. Durante la década de 1960 el realismo social de escritores como Amis, Braine y Alan Sillitoe, con su énfasis en el restrictivo provincianismo inglés, dio paso a influencias más internacionales. V. S. Pritchett y Doris Lessing, desde posturas muy distintas, obtuvieron el reconocimiento de los lectores. Lessing destacó por novelas en las que se ocupa del papel de la mujer en la sociedad actual, como ocurre en El cuaderno dorado (1962). Debe subrayarse también el humor negro altamente estilizado de escritores como Angus Wilson y Muriel Spark.
El género negro es una moda dominante en gran parte de la narrativa de la década de 1980 que, además, se centra en la creciente ambición de los desclasados y en el implacable individualismo capitalista. Martin Amis escribe con un coloquialismo que remite a los novelistas estadounidenses, y produce salvajes sátiras, como Dinero (1984) o Campos de Londres (1989). Ian McEwan es el autor de una serie de relatos y novelas muy interesantes que se ocupan de momentos de extrema crisis con un inquietante vigor que le convierte en el mejor escritor de los de su generación. Ha habido también un surgimiento de escritores poscoloniales, que revitalizaron la novela con nuevas perspectivas y argumentos. V. S. Naipaul, Nadine Gordimer, una escritora sudafricana que obtuvo el Premio Nobel de Literatura en 1991 y Ruth Prawer Jhabvala, se han aproximado inteligentemente al colonialismo y a sus consecuencias desde perspectivas muy diversas. Salman Rushdie, que ha echado abajo las distinciones entre británicos y no británicos, cultiva la sátira política y ridiculiza los nacionalismos de los países sobre los que ha escrito. Utiliza la técnica del realismo mágico, lo mismo que hizo Angela Carter, que adaptó el estilo a objetivos feministas. Kazuo Ishiguro, nacido en Japón, ha escrito, entre otras novelas, Los restos del día (1989) donde retrata a un mayordomo inglés.
Otros escritores importantes son Peter Ackroyd, David Lodge y Malcolm Bradbury, junto a escritoras como A. S. Byatt y Jeanette Winterson.
La poesía moderna
Dos de los más destacados poetas del periodo moderno combinaron tradición y experimento en su obra. El escritor irlandés William Butler Yeats fue el más tradicional. En su poesía romántica, escrita antes del cambio de siglo, explotó antiguas tradiciones irlandesas, y luego desarrolló una expresión poética honesta, profunda y rica en su madurez con La torre (1928), entre otras importantes colecciones de poemas. El segundo poeta fue T. S. Eliot, nacido en Estados Unidos, consiguió la consagración inmediata con Tierra baldía (1922), el poema más famoso de comienzos de siglo. Por medio de un conjunto de asociaciones simbólicas de acontecimientos legendarios e históricos, Eliot expresa su desesperación sobre la esterilidad de la vida moderna. Su movimiento hacia la fe religiosa le llevó a la escritura de Cuatro cuartetos (1943), donde combina una dicción coloquial con una literaria; las complejas yuxtaposiciones poéticas le emparentan con poetas como John Donne. Obtuvo el premio Nobel en 1948.
De los muchos poetas que escribieron poemas teñidos de pesimismo a causa de la I Guerra Mundial, Siegfried Sassoon, Wilfred Owen y Robert Graves se cuentan entre los más importantes. La habilidad de Graves para producir una poesía pura y clásicamente perfecta hizo que su celebridad continuase mucho después de la II Guerra Mundial. Sus novelas históricas como Yo, Claudio (1934) también contribuyeron a mantener su popularidad. Los poemas de Edith Sitwell, que expresaban un individualismo aristocrático, fueron publicados durante la I Guerra Mundial. Pero sus poemas más conmovedores aparecieron después de la II Guerra Mundial, como El cántico del sol (1949).
De la siguiente generación de poetas llevados por la conciencia popular y las agitaciones sociales de la década de 1930, los más conocidos son W. H. Auden, Stephen Spender y C. Day Lewis. El experimentalismo continuó siendo una característica importante en la poesía, como las metáforas exuberantes del escritor galés Dylan Thomas, cuyo amor casi de carácter místico por la vida y su comprensión de la muerte quedan expuestos en algunos de los poemas más hermosos de mediados de siglo. Después de la muerte de Thomas, en 1953, emergió una nueva generación de poetas, entre los que se cuentan D. J. Enright, Philip Larkin y Thom Gunn.
Los poetas que constituyeron el llamado “el movimiento”, determinados a reintroducir el formalismo y cierto antirromanticismo en la poesía contemporánea, fueron Peter Porter, Alan Brownjohn y George MacBeth, entre otros. Ted Hughes, cuya poesía es famosa por la presentación de la naturaleza salvaje, se convirtió en uno de los poetas más famosos de Inglaterra y se le nombró poeta laureado en 1984, después de la muerte de John Betjeman. La década de 1960 vio también la emergencia de una poesía más popular influida por el jazz y la generación Beat estadounidense. Los poetas más destacados de este grupo son Adrian Henri, Roger McGough y Brian Patten.
En la década de 1970 surgió un número significativo de poetas en Irlanda del Norte, entre ellos Seamus Heaney, que obtuvo el Premio Nobel de Literatura en 1995, y Tom Paulin. También hubo bastantes voces femeninas: Carol Ann Dufy, Jackie Kay y Liz Lochhead.
El teatro moderno
Aparte de las últimas obras de George Bernad Shaw, el teatro más importante en inglés del primer cuarto del siglo XX lo escribió otro irlandés, Sean O'Casey. Otros dramaturgos del periodo fueron James Matthew Barrie y Noel Coward. En la década de 1960, con los llamados 'jóvenes airados', se inició una nueva fuerza en el teatro inglés. Destacan entre ellos John Osborne, Arnold Wesker, Shelagh Delaney y John Arden, que centraron su atención en las clases trabajadoras, retratando la monotonía, mediocridad e injusticia de sus vidas. Aunque Harold Pinter y el irlandés Brendan Behan escribieron también obras que se desarrollaban en ambientes de clase trabajadora, se mantienen al margen de los jóvenes airados. Fuera de cualquier tendencia, el novelista y dramaturgo irlandés, residente en Francia, Samuel Beckett, que obtuvo el Premio Nobel de Literatura en 1969, escribió obras lacónicas y simbólicas en francés y las tradujo al inglés, como la obra de teatro Esperando a Godot (1952) y la novela Cómo es (1964).
Educación de Inglaterra
En Inglaterra, el sistema educativo actual depende de Leyes promulgadas por el Parlamento. Las más importantes son The 1944 Education Act, The 1988 Education reform Act y The 1993 Education Act.El 93% de los jóvenes estudian en escuelas públicas llamadas “ state schools ” donde la enseñanza es gratuita: los gastos están pagados por el gobierno central y los municipios. El 7% de los jóvenes están matriculados en escuelas independientes o privadas (se llaman “ public schools ”). Sus padres pagan la enseñanza.
Desde los 5 hasta los 16 años la educación es obligatoria.
Antes de los 5 años y después de los 16 años, la enseñanza no es obligatoria pero sigue siendo gratuita hasta los 18 años.
ENCARGADO DEL SISTEMA EDUCATIVO DE INGLATERRA
Local Education Authority (Autoridad Local Educativa) LEA
Servicio municipal de educación: departamento del gobierno local; la LEA ofrece servicios a las escuelas. Además financia todo lo conectado con las necesidades educativas especiales de cada alumno.
EDAD y NIVEL EDUCATIVO
Antes de los 5 años
Todo depende de los municipios. La gran mayoría ofrece una educación infantil gratuita a los niños a partir de sus 3 años (los padres de niños aun más jóvenes pueden pagar por actividades lúdicas, en guarderías infantiles privadas por ejemplo).
5 a 11 años
Escuela primariaJunior/Infant school = J/I school Otra denominación de la escuela primaria
* Infant school: para niños de 5 a 7 años
* Junior school: para niños de 7 a 11 años
12 a 16 años Escuela secundaria
Escuela secundaria para alumnos de 12 a 16 años. Cuando el instituto tiene una “ sixth form ” (es decir el año del Bachillerato y el año precedente) se puede estudiar en el mismo instituto hasta los 18 años. Otra denominación:“ Comprehensive school ”.
Después de los 18 años
Los estudiantes pueden matricularse en la Universidad o en otro Instituto de enseñanza superior. Los estudiantes han de pagar sus estudios pero se facilitan becas a las familias con ingresos modestos.
EL CURRÍCULUM NACIONAL
Establecido por la ley llamada The 1988 Education Reform Act este documento fue modificado en 1995. En él, se presenta lo que debe ser enseñado en las escuelas públicas.
El período de enseñanza obligatoria está dividido en cuatro etapas fundamentales (key stages).
ETAPA , EDAD, ASIGNATURAS
Key stage 1 5-7 años
Los niños estudian inglés, matemáticas, ciencias, informática, historia, geografía, arte, música, educacion civica y educación física.
Key stage 2 7-11 años
Los niños estudian inglés, matemáticas, ciencias, informática, historia, geografía, arte, música, educacion civica y educación física.
Key stage 3 11-14 años
Durante la tercera etapa se estudian las mismas asignaturas de primero y segundo y se añade un idioma extranjero y la educación cívica.
Key stage 4 14-16 años
Durante la cuarta etapa, todos estudian inglés, matemáticas, ciencias, informática y educación física. Otras asignaturas facultativas pueden ser elegidas.Además, las escuelas públicas tienen que enseñar educación religiosa y (al nivel de la secundaria) la educación sexual.
EVALUACIÓN CONTINUA Y EXÁMENES
Al final de cada etapa fundamental, se hace una evaluación del nivel de los niños:
EDAD EXAMEN
7 años Ingles y matemáticas
11 años Ingles, matemáticas y de ciencias
14 años Ingles, matemáticas y de ciencias
16 años Cada asignatura estudiada está evaluada para obtener el CGSE
(Certificado General de Enseñanza Secundaria)
Los jóvenes que quieren seguir sus estudios después de los 16 años eligen 3 o 4 asignaturas que estarán evaluadas para obtener el CGE A-Level (Bachillerato). Preparan este examen durante dos años y después de aprobarlo pueden matricularse en una Universidad o en un Instituto de enseñanza superior.
EDUCACIÓN SUPERIOR EN INGLATERRA
1.- Nivel de Educación Superior (licenciatura, ingenierias, posgrados, maestria y doctorado)
– Número de IES: 144 instituciones de educación superior y 73 universidades de la cuales se dividen en tecnologicos, politecnicas y otros.
Patrimonio de Inglaterra
Inglaterra es un país rico en cuanto a patrimonio cultural se refiere. Su arquitectura milenaria, museos y riqueza literaria lo convierten en uno de los referentes culturales a nivel mundial.
El patrimonio cultural inglés está presente por todas partes, te encontrarás con maravillosas iglesias, museos y galerías, así como numerosos castillos medievales, lujosas mansiones campestres y prestigiosos y extensos jardines. También cabe destacar el desarrollo arquitectónico moderno que se ha desarrollado a lo largo de los nuevos tiempos y que está caracterizado por la innovación que posee.
El museo más afamado y extenso de Inglaterra es el Museo Británico de Londres, que alberga colecciones de arte y objetos arqueológicos procedentes de todo el mundo. Otros museos y galerías de interés son el Madame Tussaud´s , la Colección Wallace, el Tate Britain, la Tate Gallery, el Tate Modern, la Abadía de Westminster, lugar de coronación y sepultura de los monarcas británicos desde 1065, y la National Portrait Gallery, que alberga la mayor colección de retratos de personalidades británicas, entre otros cientos.
Algunos de los lugares considerados patrimonio de la humanidad por la Unesco son los siguientes:
- Ciudad de Bath
Fundada por los romanos junto a unas fuentes termales, la ciudad de Bath llegó a ser un centro importante de la industria lanera en la Edad Media. En el siglo XVIII, durante el reinado de Jorge III, se transformó en una elegante ciudad con edificios neoclásicos de estilo palladiano que se integran armónicamente con el conjunto formado por las termas romanas. (UNESCO/BPI)
- Palacio de Blenheim
Cerca de Oxford, en medio de un parque romántico creado por el célebre paisajista Capability Brown, se alza el Palacio Blenheim donado por la nación inglesa a John Churchill, primer duque de Marlborough, en reconocimiento por la victoria que consiguió sobre las tropas francesas y bávaras en 1704. Construido entre 1705 y 1722, este palacio caracterizado por su estilo ecléctico y un retorno a fuentes de inspiración estéticas de raigambre nacional, es un ejemplar perfecto de residencia principesca del siglo XVIII. (UNESCO/BPI)
- Stonehenge
Situados en el condado de Wiltshire, los conjuntos megalíticos de Stonehenge y Avebury figuran entre los más célebres del mundo. Ambos santuarios están constituidos por círculos de menhires dispuestos en un orden cuya significación astronómica todavía no se ha dilucidado. Estos lugares sagrados y los distintos sitios neolíticos de los alrededores son testimonios incomparables de los tiempos prehistóricos. (UNESCO/BPI) [
- Derwent Valley Mills
Situado en el centro de Inglaterra, el valle del Derwent alberga varias hilaturas de algodón que datan de los siglos XVIII y XIX y su paisaje industrial ofrece un gran interés histórico y tecnológico. La industria textil moderna tuvo su origen en las manufacturas de Cromford, en las que se aplicaron por primera vez las invenciones de Richard Arkwright a la producción a escala masiva. Las viviendas obreras de estas y otras manufacturas se han conservado intactas y constituyen un testimonio del desarrollo socioeconómico de la región. (UNESCO/BPI)
- Dorset y la costa este de Devon
Los acantilados del litoral del condado de Dorset y del este del condado de Devon presentan una secuencia prácticamente ininterrumpida de formaciones rocosas que abarca la totalidad del Periodo Mesozoico, o sea unos 185 millones de años de historia de la Tierra. Los importantes sitios fosilíferos de esta región, así como las características geomorfológicas clásicas de la costa, vienen prestando desde hace más de tres siglos una importante contribución a las ciencias de la Tierra. (UNESCO/BPI)
- Castillo y la Catedral de Durham
Construida entre finales del siglo XI y comienzos del XII para conservar las reliquias de San Cutberto, evangelizador de Nortumbria, y las de San Beda el Venerable, la catedral de Durham es el monumento más grande y espléndido de la arquitectura normanda en Inglaterra, así como un testimonio de la importancia de las primeras comunidades monásticas benedictinas en este país. La audacia innovadora de sus bóvedas prefigura el arte gótico. Detrás de la catedral se yergue el castillo, una antigua fortaleza normanda que sirvió de residencia a los obispos-príncipes de Durham. (UNESCO/BPI) [
- Ironbridge Gorge
Símbolo mundialmente célebre de la Revolución Industrial, la localidad minera de Ironbridge presenta todos los elementos –desde las minas hasta los ferrocarriles– que contribuyeron al auge industrial de la región circundante desde el siglo XVIII. En sus cercanías se halla el alto horno de Coalbrookdale, construido en 1708, que trae a la memoria el descubrimiento de la fundición con coque. El puente que ha dado su nombre a la localidad –el primero del mundo construido en metal– ejerció una influencia considerable en la tecnología y la arquitectura de épocas posteriores. (UNESCO/BPI)
-Castillos y recintos fortificados del Rey Eduardo I
Situados en el antiguo principado de Gwynedd, al norte del País de Gales, los castillos de Beaumaris y Harlech fueron construidos por James de Saint George, el mejor ingeniero militar de su época. Al igual que los recintos fortificados de Caernarfon y Conwy se hallan en un estado de conservación admirable y constituyen no sólo un valioso testimonio de la obra colonizadora y defensiva llevada a cabo por el rey Eduardo I de Inglaterra a lo largo de todo su reinado (1272-1307), sino también un ejemplo excepcional de la arquitectura militar medieval. (UNESCO/BPI)
-Liverpool – Ciudad Marítima Mercantil
Este sitio comprende seis sectores del centro histórico y la zona portuaria de la ciudad de Liverpool, que patentizan la historia del desarrollo de uno de los centros más importantes del comercio marítimo mundial en los siglos XVIII y XIX. La ciudad de Liverpool no sólo desempeñó un papel de primera importancia en la prosperidad del Imperio Británico, sino que además se convirtió en el principal punto de tránsito de toda una serie de desplazamientos humanos masivos hacia América: comercio de esclavos y emigración de las poblaciones de Europa septentrional. Liverpool fue, además, una ciudad precursora en la creación de tecnologías y métodos de gestión portuarios, así como de sistemas de transporte modernos. El sitio comprende un gran número de importantes edificios comerciales, civiles y públicos, especialmente los del sector de St. George’s Plateau. (UNESCO/BPI)
- Saltaire
Situado en el oeste del condado de Yorkshire, Saltaire es un poblado industrial construido en la segunda mitad del siglo XIX que se ha conservado íntegro y en buen estado. Sus fábricas textiles, edificios públicos y viviendas obreras destacan por su estilo armonioso y gran calidad arquitectónica. Su trazado urbanístico ha permanecido intacto en su conjunto y ofrece una imagen vívida de la aplicación de las ideas del paternalismo filantrópico de la época victoriana. (UNESCO/BPI)
- Studley Royal Park, incluidas las ruinas de Fountains Abbey
Creado en torno a las ruinas de la abadía cisterciense de Fountains y del castillo Fountains Hall, en el condado de Yokshire, el espléndido conjunto paisajístico formado por una serie de jardines y canales del siglo XVIII, diversas plantaciones y perspectivas panorámicas del siglo XIX y el palacio neogótico de Studley Royal, confiere a este sitio un valor excepcional. (UNESCO/BPI)
- La Torre de Londres.
Imponente fortaleza cargada de historia, la Torre de Londres se convirtió con el tiempo en uno de los símbolos más importantes de la monarquía británica. Fue construida en torno a la Torre Blanca, erigida por Guillermo el Conquistador a orillas del Támesis para proteger Londres y consolidar su poder. Esta última edificación, modelo ejemplar de la arquitectura militar normanda, ejerció una gran influencia en las construcciones defensivas de todo el reino. (UNESCO/BPI)
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